martes, 6 de diciembre de 2011

Las dos Lancia

 Ubicación del castro de Lancia (al fondo, Arrabalde)

El arqueólogo José Luis Vicente ha echado luz sobre un asunto que ha sido objeto de sana discusión durante décadas. La existencia de un poblado prerromano en Villasabariego (León) y de otro en Arrabalde (Zamora) con el nombre Lancia en ambos casos, topónimo al que hacen referencia varios autores antiguos como Floro, Dión Casio y Orosio, ha llevado a la investigación de saber a cual de ellos se referían, sobre todo Floro, pues de esto dependen importantes conclusiones.

Se tiende a admitir -señala el autor citado- que los ástures se asentaban en las áreas montañosas que circundan la fosa del Bierzo, prolongándose los límites hasta el río Duero, las riberas del Esla y Sella, la del Navia y las sierras del Caurel, San Mamede y Padrela hasta el mar Cantábrico. Dentro del contexto de las guerras cántabras entre los años 29 y 19 antes de Cristo es posible diferenciar dos campañas militares llevadas a cabo por Roma: Bellum Cantabricum del año 26 a. de C. y Bellum Asturicum de 25 a. de C. En este último año se produjo el asedio y conquista de Lancia, pero ¿cual de las dos? Ya en el año 2004 publicó Narciso Santos Yanguas un artículo en el que defendía con sólidos argumentos que en el 25 a. de C. Roma venció a los ástures del castro zamorano de Las Labradas ("Lancia de los astures: ubicación y significado histórico") pues aparecieron atesoramientos de orfebrería castreña en oro y plata (torques, fíbulas, brazaletes, arracadas, sortijas, etc.). Estos atesoramientos se hacían cuando cundía el pánico ante el enemigo con la esperanza de poder recuperar los objetos posteriormente. 

Lancia leonesa no cuenta con recinto amurallado ni campamentos militares en sus inmediaciones, algo imprescindible antes de un asedio -como relatan las fuentes antiguas-. Observando un mapa de la minería aurífera romana en el noroeste se puede apreciar que la práctica totalidad de las explotaciones se localizan al oeste del río Órbigo y el recinto militar romano de Petavonium se encuentra próximo al castro de Las Labradas (Lancia zamorana) lugar desde donde el general romano Carisio actuó (aquel se encuentra a más de 50 km. de Lancia leonesa). Esto lleva a que el relato de Floro no se refiere a cualquiera de las dos Lancia, sino solo a una. A quien pueda extrañar esto -señala el autor que comentamos- debe saber que existen varias Intercatia (una de los vacceos), dos Interamnium, que se diferenciaron desde finales del siglo I d. de C., pues una de ellas fue privilegiada con el epíteto imperial de Flavium.

 (Explanada donde estuvo el campamento romano de Petavonium)

José Luis Vicente critica también la medología que se ha seguido durante algún tiempo: en vez de sacar conclusiones arqueológicas para ver luego en que medida coinciden con las fuentes antiguas, se ha venido haciendo al revés, con lo que los errores de los autores, que muchas veces escriben con siglos de retraso sobre los hechos, vicia el método. Lancia zamorana está cerca de los yacimientos auríferos que los pueblos indígenas explotaron y luego lo hicieron los romanos hasta su agotamiento. Parece que los ástures de Lancia explotaban mediante bateo los aluviones auríferos arrastrados por el río Eria, próximo al castro. Los numerosos testimonios epigráficos en los alrededores de la sierra de Carpurias permiten decir que hubo una prolongada presencia romana en la zona, así como abundantes monedas que han aparecido (monedas de la Caetra, de emisiones emeritenses de Carisio y de acuñaciones del valle del Ebro).

Sabemos que Carisio preparó minuciosamente la campaña contra Lancia habiendo sometido a todas las poblaciones que podían avituallar a las legiones romanas. Esto lleva a nuestro autor a hablarnos de la morfología de Tierra de Campos: con muchas campiñas que se convierten en barrizales en invierno, harían impracticable el avance romano, lo que explica que Roma tardase más de un siglo en someter el cuadrante noroccidental de la península, aparte la bravura de las poblaciones. Debe tenerse en cuenta que la pretensión sobre el noroeste hispano ya se dio con el cóncul L. Licinio Lúculo (151 a. de C.) y antes con las campañas de L. Postumio Albino. El papel jugado por las tribus vacceas hizo que Bruto, en 136 a. de C., y César en 61 a. de C. eligiesen el acceso a Gallaecia desde el actual Portugal e incluso por mar. Otros que sucumbieron ante los vacceos fueron Cornelio Scipion Emiliano y Emilio Lepido Porcina.

En época de Carisio la calzada romana que une Mérida con el río Esla serviría para el abastecimiento de las legiones romanas; de ahí a Petavonium (cerca de Benavente, a mano derecha hacia Puebla de Sanabria). Mientras tanto Augusto estaba en Segisama (Olmillos de Sasamón). Vencidos los ástures de Lancia, Carisio siguió para someter a las tribus de los montes de León y el Bierzo. Al finalizar esta campaña Carisio fundó Emérita con veteranos de las legiones que habían participado en ella, y desde entonces las emisiones monetales que luego aparecen en Lancia zamorana, prueba del vínculo entre un hecho y otro.

(Restos del campamento romano de Petavonium)

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