sábado, 24 de diciembre de 2011

Los pintores románticos

 ("Lluvia, vapor y velocidad", 1844, Turner)

De la misma forma que en el arte barroco encontramos diferencias entre unos autores y otros, y sin embargo los encuadramos a todos ellos bajo la misma rúbrica de "barrocos", en la pintura romántica ocurre otro tanto: ¿que tienen en común Turner, Piranesi, Vernet, Friedrich, Constable, Géricault, Delacroix y los prerrafaelistas? En primer lugar que realizan su obra en los primeros sesenta años del siglo XIX, aunque otros que no se corresponden con el romanticismo empezarán su obra solapadamente con aquellos años: neoclásicos, realistas...

Quizá el romanticismo, que no es solo un estilo artístico, sino también una concepción de la vida, sea la vertiente no racionalista de la Ilustración, porque algunos pintores, como por ejemplo Piranesi, encuentran su inspiración en el siglo XVIII. En el campo de la literatura ¿podemos considerar a Goethe un romántico? Creo que sí, como también a Goya cuando exalta el heroísmo del pueblo ante los abusos de la invasión napoleónica. Behetoven nos inspira romanticismo en varias de sus sinfonías (la "Pastoral", pero también la Quinta). David, el propagandista de Napoleón, no es romántico por la técnica, pero ¿no es una estampa romántica la del emperador pasando los Alpes o los hermanos Horacios juramentándose ante su padre y llorosas hermanas? Esto quiere decir que el romanticismo venía fraguándose desde hacía tiempo al calor de ideas de libertad que tienen su origen en el siglo de las Luces. Las revoluciones políticas y económicas hacen el resto: las primeras para exaltar más aún el espíritu de libertad y de admiración por las épocas heroicas (la Edad Media) y las libertades económicas como ruptura de un orden que venía lentamente resquebrajándose. (Arriba, "La catedral de Salisbury", Constable, 1823).

En pintura llamamos romanticismo a las visiones brumosas de Turner, que parece anticipar el impresionismo; llamamos romanticismo a los paisajes tormentosos de Vernet, a las ruinas de Piranesi, a la paz aldeana de Constable, a las visiones misteriosas y antinaturales de los prerrafaelistas, a las escenas tremendas y llenas de movimiento de Delacroix, al desorden bohemio de Minardi y a las escenas con personajes de espaladas al espectador de Friedrich.

Volviendo a la literatura, son románticos Espronceda y Rosalía de Castro, y sin embargo son visiones disintas de la poesía: heroica y arrojada una, nostálgica la otra. Un canto a la supervivencia es "Los náufragos de la Medusa"; una visión fantástica es "La barca de Dante", y dichas obras no tienen nada que ver con "La catedral de Salisbury" de Constable. (Ver en este blog, "Pérez Villaamil, pintor romántico internacional").


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