sábado, 10 de marzo de 2012

Guerra a la "Excelente Señora"

Documento de Alcaçovas por el que se puso fin a la guerra
Con motivo de la guerra civil castellana, en la que intervino el reino de Portugal (siglo XV) la nobleza gallega se situó a un lado o a otro según sus conveniencias. Eduardo Pardo de Guevara ha estudiado el caso de dos linajes, el de los Fonseca y el de los Sotomayor.

"La nobleza, protagonista de excepción en el enfrentamiento, evoluciona notablemente en sus simpatías hacia una u otra opción": la que apoyaba la sucesión en favor de Juana (la "Excelente Señora", como la conocían sus partidarios) e Isabel, la hermana del rey Enrique IV. Independientemente de los intereses que ambas facciones defendían, Pardo de Guevara ve una cuestión ideológica para explicar el alineamiento de unos y otros: los partidarios de Juana querrían fortalecer el poder oligárquico que detentaban y los partidarios de Isabel querrían fortalecer el poder monárquico, pero sabiendo que así aseguraban sus posiciones; por lo tanto no hay casi diferencia entre las razones de unos y otros. Si el modelo de Estado podía ser uno u otro (aristocrático o monárquico) lo cierto es que la nobleza, y la gallega en particular, lo único que dirimía en esta guerra era el privilegio de que disfrutaba. De ahí que con el triunfo de Isabel solo unos pocos nobles se mantuvieron en su contra, plegándose si querían mantener su estatuto. 

"El arzobispo Fonseca, el clero y en general todo el pueblo compostelano" apoyaron a Isabel, de forma que aquel "se encaminó a la corte" para ponerse al servicio de la reina en ciernes. Isabel ordenó entonces que Pedro Álvarez de Sotomayor, Lope Sánchez de Moscoso y Suero Gómez de Sotomayor "levantasen el cerco que tenían puesto a la iglesia de Santiago" y que restituyesen la fortaleza de Cira (1), las villas de Vigo, Redondela, Pontevedra, Padrón, Muxía y Malpica, que tenían ocupadas.

Castillo de San Jorge, sobre Lisboa
Pedro Álvarez de Sotomayor, "afectado por las cédulas reales despachadas en favor de Fonseca [por Isabel]... se inclina por las banderas portuguesas", que luchaban en favor de Juana (la "Excelente Señora"); no en vano tenía sus posesiones al sur de la actual provincia de Pontevedra y, por lo tanto, cerca de Portugal, con cuya nobleza tenía lazos establecidos: por ejemplo, su esposa Teresa de Tavora era una noble portuguesa, y de Portugal había recibido ayuda cuando la revolución irmandiña de unos años antes. 

Esta nobleza que luchará en un bando o en otro (porque banderías eran y no otra cosa) cuando la monarquía isabelina se asiente volverá a disfrutar de sus riquezas (aunque ahora bajo la autoridad política de una monarquía distinta a las anteriores) y solo el pertinaz Pardo de Cela pagará con su vida la desobeciencia a la vencedora. Una nobleza que en la centuria siguiente abandonará Galicia, se asentará en las ciudades castellanas: Salamanca, Valladolid, Madrid... y construirá allí sus palacios del que el de Monterrey en Salamanca en solo un ejemplo. La nobleza gallega no defendió nunca los intereses de la tierra en la que se asentaba; defendió sus intereses de clase (si se me permite utilizar esta palabra en un tiempo todavía temprano para ella). 

Como es sabido, Juana ingresó en un convento de Coimbra y luego vivió con cierto fasto en el castillo de San Jorge, en Lisboa, mientras que los portugueses la siguieron llamando la "Excelente Señora".  
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(1) Su castillo data de siglo XII. Es una parroquia del municipio de Silleda, al norte de la provincia de Pontevedra. 

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