miércoles, 16 de mayo de 2012

Sedán

Castillo de Sedán
En el norte de Francia, en la frontera con Bélgica, al otro lado se encuentra Bouillón, ya en el bosque de las Ardenas con su relieve altiplano. Pasa el río Mosa desde el sudeste y luego describe un amplio meandro para dirigirse a Charleville-Mézières. El paisaje es llano y las campiñas dominan las zonas rurales. El clima es suave y húmedo, pues la ausencia de montañas permite la llegada de las influencias atlánticas. 

Su castillo existe desde el siglo XV y en los dos siguientes la plaza fue refugio de protestantes franceses, sobre todo por la hostilidad de uno de los miembros de su familia más famosa, la Tour d'Auvergne, contra la Francia de Richelieu, de la que fue independiente hasta mediados del siglo XVII. Precisamente por esto fue escenario de una de las batallas de la guerra de los treinta años (1641), luego sería víctima de la derrota francesa a manos de la Prusia de Bismarck, el 2 de septiembre de 1870, donde Napoleón III fue hecho prisionero con unos 100.000 soldados. 

Sedán fue ocupada por el ejército alemán durante los cuatro años de la primera guerra mundial, pues Francia fue invadida, como más tarde, por las Ardenas. Del 12 al 15 de mayo de 1940 se produjo la última gran catástrofe, cuando un ejército alemán cruzó el río Mosa y el Plan Dyle, preparado por el general francés Maurice Gamelin se hizo añicos. Los tanques franceses que vinieron desde el sur no contaron con protección de la aviación y fueron aniquilados por la alemana.

Sedán es un buen símbolo de los enfrentamientos, durante cuatro siglos entre el mundo germánico y Francia. Su espacio y región, sus habitantes, sufrieron contínuas hostilidades, ataques, destrucciones, muertes. La situación estratégica de Sedán marcó la vida de decenas de generaciones. En pie queda, sin embargo, su castillo medieval, baluarte impotente ante el acoso de la guerra moderna. 





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