domingo, 8 de julio de 2012

Del asiento al comercio de esclavos


La Ilustración, con su sentido práctico, propició acciones que desmerecen a la cristiana monarquía española. En América se explotaban sus riquezas en favor de la metrópoli mediante asientos o concesión a paticulares el abastecimiento de productos, explotación de minas o comercialización de esclavos. Los asentistas pagaban al Estado, por disfrutar del monopolio de su asiento, una determinada renta. 

Pero Floridablanca vio que era posible prescindir de los asientos si España se incorporaba al mercado negrero, para lo que necesitaba un punto de apoyo cercano a la costa africana, más concretamente en el golfo de Guinea, que es de donde salían la mayor parte de los negros para trabajar en América. Con motivo del conflicto entre las monarquías portuguesa y española en Sudamérica, más concretamente la colonia de Sacramento y la isla de Santa Catalina, el ilustrado español vio -como dice García Cantús- la oportunidad de iniciar la "aventura africana" de la monarquía española. Así se firmó el Tratado del Pardo en 1778, en cuyo artículo 13 se decía que "Portugal cedería a su Majestad católica... la isla de Annobón, en la costa de África... y así mismo todo el derecho y acción que tiene o pueda tener a la isla de Fernando Poo, en el Golfo de Guinea...", con el fin de que los súbditos españoles pudiesen hacer negocios en los puertos de "Gabón, de los Camarones, de Santo Domingo, de Cabo Formoso y otros de aquel distrito".

Aunque España no era la mayor demandante de fuerza laboral esclava -dice García Cantús- "no poseía ningún lugar de extracción de la mercancía humana africana porque siempre había solucionado la explotación de las riquezas de América mediante los asientos antes citados. El intento de Floridablanca es librarse de dichos asientos y entrar en las prácticas en las que ya estaban hacía tiempo portugueses, holandeses, franceses e ingleses sobre todo. Su "Majestad católica", como dice el citado artículo 13 del Tratado del Pardo, deseaba beneficiar a sus súbditos "de compra y venta de negros, sin ligarse a contratos y asientos perjudiciales...".

Los negros irían a trabajar a las plantaciones americnas desde la "costa de los esclavos", como se llamó a la del golfo de Guinea, siendo el punto de máxima extracción Benín, en la desembocadura del río Níger. Floridablanca estaba muy influído por la liberalizacion del comercio colonial, por lo que nada mejor que dejarse de contratos con asentistas -gravosos para la Corona- y emplear seres humanos, eso sí, negros, que incluso podría ser que no tuviesen alma, por lo que los escrúpulos de conciencia quedaban a salvo. 

La Ilustración, tan beneficiosa en muchos aspectos, tiene también otros claramente negativos, aunque muy lucrativos para los que luego hicieron sus fortunas con el tráfico negrero. 

(Fuente: "Fernando Poo: una aventura colonial española en el África occidental (1778-1900)," Dolores García Cantús, tesis doctoral leída en 2004).

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